Sobre la superficie de mármol veteado corre una cucarachita asustada, describiendo círculos alrededor de la esponja.
En la pileta, platos del medio día con restos de comida: huesos de pollo nadando entre grasa gelatinosa.
Los guantes de goma amarilla, reposando en el alfeizar. Decido ignorarlos.
En la otra habitación, mi hija juega.
Como de costumbre, un príncipe y una princesa. Se enamoran, se casan, se besan.
Una guirnalda de papel crepe fosforescente se desprende de la pared un año después de haber sido colgada; el pegamento de la cinta perdió su capacidad adhesiva. Un acontecimiento azaroso y puntual. Como un estallido o un nacimiento. El televisor en mute centellea. Zapping de informativos.
Casi tan difícil elaborar una opinión sólida como forrar una tartera con masa sin que se quiebre.
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